Sofia es como una de esas bolas de espejos que solían colgar del techo de las salas de baile: una chica de múltiples facetas, cada una de las cuales refleja su pasión por la vida.

ORIUNDA DE Budapest, Sofia fue estrella de ballet acuático en el equipo nacional de nado sincronizado, y sin duda fue su afición por la ropa ligera y su deseo de ser el centro de atención lo que la impulsó a probar el modelaje de desnudo por primera vez cuando cumplió los 18. Es una exhibicionista, como ella misma confiesa, y le encanta que la miren. Y a nosotros nos encanta mirarla.

Sofia mantiene en forma su divina figura nadando, bailando, viajando, llendo de compras y, según nos confesó tímidamente, haciendo el amor cada día. El país que más le interesa para viajar es Japón aunque prefiere vivir en lugares de clima soleado. No es materialista pero le fascinan los diamantes.

Quiere casarse y tener dos hijos, pero dentro de esa bola de cristales de muchas facetas existe una Sofia bisexual que siente una muy grande atracción por las chicas.